poesia universal y+

"El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que hasta finge que es dolor el dolor que de veras siente. Y los que leen lo que escribe en el dolor leído siente bien, no los dos que él tuvo mas sólo el que ellos no tienen. Y así en los rieles gira, entreteniendo la razón, ese tren de cuerda que se llama el corazón". (Fernando Pessoa)

viernes, 30 de marzo de 2007

De la Casa y los Interiores (Lin Yutang)

La palabra "casa" debe incluir todas las condiciones de vida o el ambiente físico de la casa de cada uno. Porque todos saben que al elegir una casa es más importante saber qué se puede ver desde la casa que lo que se ve en ella. La ubicación y el panorama que la rodea son lo que importa. (...) El concepto chino de la casa y el jardín está determinado por la idea central de que la casa misma es solamente un detalle que forma parte de la campiña que la rodea, como una joya en su engarce y que armoniza con ella. El concepto chino del hogar ideal ha sido sucintamente expresado por un escritor, de la siguiente manera:
"Pasada la puerta del jardín hay un sendero y el sendero debe ser sinuoso. Junto al recondo del sendero hay un tabique al aire libre y el tabique debe ser pequeño. Detrás del tabique hay una terraza y la terraza debe ser bien nivelada. A los bordes de la terraza hay flores y las flores deben ser frescas. Allende las flores hay un muro y el muro debe ser bajo. Junto al muro hay un pino y el pino debe ser viejo. Al pie del pino hay rocas y las rocas deben ser raras. Sobre las rocas hay un pabellón y el pabellón debe ser sencillo. Detrás del pabellón hay bambúes y los bambúes deben ser delgados y ralos. Donde terminan los bambés hay una casa y la casa debe hallarse aislada. Junto a la casa hay un camino y el camino debe tener una encrucijada. En el punto donde se unen varios caminos hay un puente y el puente debe tentar a que se le cruce. Al extremo del puente hay árboles y los árboles deben ser altos. A la sombra de los árboles hay césped y el césped debe ser verde. Más allá del césped hay una acequia y la acequia debe ser angosta. Donde nace la acequia hay un manantial y el manantial debe ser cantarían. Sobre el manantial hay unas colinas y la colina debe ser grande. Junto a la colina hay una casa y la casa debe ser cuadrada. En la esquina de la casa hay un huerto de verduras y el huerto debe ser grande. En el huerto hay una cigueña y la cigueña debe danzar. La cigueña anuncia que hay un huésped y el huésped no debe ser vulgar. Cuando el huésped llega hay vino y el vino no debe ser declinado. Durante el servicio del vino hay embriaguez, y el huésped ebrio no debe querer marcharse a su casa".

Condiciones humillantes para las flores (Yuan Chunglang)

El dueño que recibe huéspedes constantemente.
Un sirviente estúpido que pone ramas de más y trastorna el arreglo.
Monjes ordinarios que hablan zen.
Perros que pelean ante la ventana.
Niños cantores de la Calleja de Lientsé.
Tonadas de Yiyang (Kiangsi).
Mujeres feas que recogen flores y se adornan los cabellos con ellas.
Discutir promociones y descensos oficiales de la gente.
Falsas expresiones de amor.
Poemas escritos por cortesía.
Flores en plena floración antes de que uno haya pagado sus deudas.
La familia que pide cuentas.
Escribir poemas consultando diccionarios de la rima.
Libros en mal estado que se dejan al descuido en cualquier parte.
Agentes de Fukien.
Pinturas espúreas de Kiangsu.
Excrementos de ratones y ratas.
Las huellas sucias que dejan los caracoles.
Sirvientes tendidos cerca de las flores.
Cuando se termina el vino después de haber empezado los juegos de vino.
Vecindad de una venta de vinos.
Un trozo de escritura con frases como el "purpúreo aire matinal" (común en las loas imperiales) sobre el escritorio.

Condiciones que complacen a las flores (Yuan Chunglang S. XVI)


Una ventana clara.
Un cuarto limpio.
Trípodes antiguos.
Tinteros de piedra Sung.
"Ondas de pinos" y sonidos de río.
El amo que ama pasatiempos y poesía.
Un monje de visita que comprende el té.
Un natural de Chichow llega con vino.
Los huéspedes en el cuarto son exquisitos.
Muchas flores abiertas.
La llegado un amigo despreocupado.
Copiar libros sobre cultivo de flores.
La tetera canta muy tarde en la noche.
La esposa y las concubinas que corrigen historias de flores.

jueves, 29 de marzo de 2007

Juegos recomendados:

Lilha: El Juego del Conocimiento de Si Mismo
El alma y sus distintos estados evolutivos son las estaciones de un juego de azar que, según lo indiquen los dados, cada jugador va atravesando. Aparentemente, sólo aquellos estados que cada persona ha tenido la posibilidad de explorar o habitar son los que salen, permitiendo conocer más a fondo sus características, fortalezas y debilidades. Ilustraciones e incluye tablero de juego.Lilah no es sólo un libro ni es sólo un juego. Es una mezcla de ambas cosas que nos permite hacer un viaje interior por nuestros estados de conciencia. Es un mapa que podría mostrar la geografía del alma. Fruto de las tradiciones espirituales hindúes, originalmente este juego se llamaba Gyan Chaupad (de Gyan, conocimiento y de Chaupad, juego jugado con un dado). Se compone de un tablero con setenta y dos casilleros que representan un plano espiritual. Cada cuadrado tiene un nombre que lleva al jugador a meditar sobre el concepto que hay tras él por tanto tiempo como se permanezca en el cuadrado. Este tablero está cruzado por serpientes y flechas ascendentes que lo pueden hacer descender o subir a otros estados, respectivamente. Así como el Tarot en occidente y el I Ching en China, el Lilah es el juego de las energías cósmicas de la India. El propósito de este juego es ayudar al jugador a obtener la habilidad para despegarse de sus identificaciones y ver cómo puede llegar a ser mejor jugador. Un vez que entra en el juego, una vez que se asume la identidad de la persona, del personaje que adopta, pierde de vista su verdadera naturaleza. Olvida la esencia de lo que es jugar el juego y sus movimientos son decididos por el Karma.
El juego está contenido en el libro del mismo nombre de la editorial Cuatro Vientos. Autor Harish Johari

El Go: Un juego Milenario
El Go se juega en un tablero cuadriculado con una cantidad de líneas horizontales y verticales arbitraria. Los tamaños más comunes son 9x9, 13x13 y 19x19, siendo este último el tamaño oficial para competición. Una partida de Go empieza con el tablero vacío. El punto en el centro del tablero es útil para orientarse, pero también se trata de un punto de referencia.Las jugadas del Go se hacen sobre las intersecciones entre dos líneas, a diferencia de otros juegos, como el ajedrez. En el Go quien empieza es el jugador que lleva negras. La partida acaba cuando ambos jugadores pasan consecutivamente. A lo largo de una partida se pueden capturar piedra/s (ficha/s) del oponente rodeándola/s completamente, tapando todas las intersecciones vacías adyacentes a ella/s. El objetivo del Go es controlar una parte del tablero mayor que la del oponente. Se cuantifica este control sumando las piedras propias sobre el tablero, y todas aquellas que podrían añadirse sin peligro, dentro de los muros propios.
Para más información dirigirse a http://gobase.org/studying/rules/?id=11&ln=es

Vino tu Nombre (Alonso Lillo)


Vino tu nombre desde muy lejos
vino del Eufratesvino del Nilo
vino del Rojo Mar
vino abriendo las aguas y las venas
vino por el desierto solitario
vino del oasis de Jericó
vino en frescos odres de greda
vino de guarda
vino tu nombre desde muy lejos
vino del hindus-tan
vino con Dionisio
vino con el mensajero de los dioses
vino con el portador de la alegría
vino tirado por un carro de leones
vino macerado en la memoria
vino por los pueblos ribereños
vino con las vides
vino con las Musas portadoras
vino con el espíritu poético del canto
vino a besar los labios del poeta
vino con su encantovino de todas partes
vino de tus manos
vino de tu corazón
vino entre dátiles y rubíes
vino sabio y viejo
vino con un trozo de pan compartido
vino de las manos de Dios.
Vino entre amigos
vino entre amantesvino entre suaves lomajes
vino entre montes de Venus
vino entre Vacantes debutantes
vino entre faunos y ninfasvino ya sin nombre...
vino con "denominación de origen"
vino del Padre Solvino de a-dorados racimos
vino de la madre Tierra
vino del ayer y del mañana
vino a alegrarnos el presente
vino a transportarnos el alma
vino a darnos y decirnos¡Salud!

Blas de Otero

EN EL PRINCIPIO
Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré,
como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío
y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Gabriel Celaya

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

José Agustín Goytisolo

PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

Jorge Luis Borges


Ajedrez
I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas.
El tablero los demora hasta el alba
en su severo ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores las formas:
torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido, c
iertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada reina,
torre directa y peón ladino sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero (la sentencia es de Omar)
de otro tablero de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y
sueño y agonías?

domingo, 25 de marzo de 2007

Jorge Luis Borges


AL VINO
En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
negro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.
En la aurora ya estabas. A las generaciones
les diste en el camino tu fuego y tus leones.
Junto a aquel otro río de noches y de días
corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías,
vino que como un Éufrates patriarcal y profundo
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
En las arrebatadas estrofas del sufí
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.
Sésamo con el cual antiguas noches abro
y en la dura tiniebla, dádiva y candelabro.
Vino del mutuo amor o la roja pelea,
alguna vez te llamaré. Que así sea.

jueves, 22 de marzo de 2007

Nueva Sección: Libros Gratis!
Tengo cientos de libros virtuales gratis a tu disposición.
Para solicitarlos, sólo debes señalar qué libro deseas en comentarios de esta sección, indicando tu email y el libro te será enviado a la brevedad. Entre los libros disponibles están: Rubáiyat de Omar Khayyám, Rashómon de Ryonosuki Akutagawa, El Arte de la Guerra de Sun Tzu, Cartas del Diablo a su Sobrino de C.S. Lewis, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, La Insoportable Levedad del Ser de Millan Kundera, Poemas de Safo, Todos los Fuegos el Fuego de Julio Cotázar, Italo Calvino, Bukovski, Tolstoi, Kafka, Mann, Gabriel García Márquez, Molier, R. Bradbury, Tagore, etc, etc, etc. Escribe solicitando tu ejemplar virtual, con gusto te lo enviaré.

Poesía: "ESTAR O NO ESTAR" (Daniela Lillo T.)

Supongamos que a veces uno tiene razón...
supongamos que nuestras intenciones no son ni buenas ni malas y que sólo pretenden ser un hallazgo que nos influencia...
supongamos que nuestros sentimientos son arquetípicos y que nos mueven y conmueven hacia zonas planificadas con anticipación por nuestros mecanismos de defensa...
supongamos que aquello que no nos hace temblar nos aburre ostensiblemente...
supongamos que estamos aquí sólo porque no podemos estar allá... supongamos que hemos amado y que nos han amado y que el recuerdo de aquello ya no nos emociona...
supongamos que aproximar nuestro cuerpo hasta otro cuerpo en el frenesí seudo emocional resulta ser un acto solitario y apabullante...
supongamos que el silencio es mal mirado entre los unos y los otros... supongamos que en mitad de la noche nuestros ojos se abren y enfocan el vacío intentando ver algo que nos está vedado, algo inalcanzable... supongamos que la paz es el nombre de una amiga a la que no vemos hace tiempo... y sigamos suponiendo que esa antigua amiga se cambió de casa y no nos dejó su dirección...
supongamos que las dudas nos abandonaron... y supongamos que una vez cada quince días vuelven pletóricas de sabiduría...
supongamos que somos militantes del vicio, de cualquier vicio, de todos los vicios, y que esa antigua convicción hoy no es un argumento...
supongamos que tenemos la necesidad imperiosa de alejarnos de todo cada cierto tiempo...
supongamos que la cobardía ajena no nos desconcierta, y que, muy por el contrario nos alienta a seguir interpelando...
supongamos que cuando nos enfrentan para saber por qué estamos interpelando a los cobardes se nos hace un nudo en la garganta y no podemos desatar los cabos sueltos porque al fin y al cabo terminamos pensamos que siempre los cabos son responsables de todo...
supongamos que corremos a buscar champaña...
supongamos que no hay y que nunca hubo...
supongamos que nuestras copas están vacías y que ni siquiera esa champaña inexistente podría llenarlas...
supongamos que la tormenta no nos presagia nada...
supongamos que la angustia es una calma delirante y suficiente...
supongamos que tenemos la fuerza para perder...
supongamos que jamás nos hemos dejado caer en un sillón cómodo... supongamos que hay sillones cómodos repartidos por doquier y que a nosotros no nos seducen sus cojines...
supongamos que no nos importa sentirnos espantosamente desdichados porque no hay nada más espantoso que no sentir...
supongamos que no podemos mirar ni al sol ni a la muerte...
y supongamos que la muerte no es menos sublime que el sol y que a ninguno de las dos hemos podido mirar fijamente porque ambos son divinos y dios nos parece un vértigo...
y supongamos que sencillamente dios es un vértigo criminal...
supongamos que el mundo a nuestros ojos es desordenado...
supongamos que nos acercamos a la desnudez escuchando su aliento... supongamos que tenemos caprichos inconfesables...
y supongamos que nos sentimos felices de confesarlos...
supongamos que un vaso lleno resplandece en nuestras manos y que uno vacío es una alegoría de la saciedad...
supongamos que jamás nos dan asco las miradas que provocamos... supongamos que si estuviéramos solos no sabríamos qué ofrecer... supongamos que los celos nos parecen de una furia incontenible... supongamos que en estos momentos no queremos saberlo...
supongamos que nos dormimos para no continuar excitando el galope...
supongamos que nos gusta estar solos cuando se hace de noche...
supongamos que nuestras exigencias no son tan exigentes...
supongamos que hemos dejado esperando y que nos han pagado con la misma moneda...
supongamos que nos hemos desnudado sin abrir nuestros brazos... supongamos que quisimos ser amazonas...
supongamos que quisimos usar sombreros de copa y guantes blancos mientras forrabámos nuestros cuerpos en lustroso negro...
supongamos que cuando damos la espalda es porque estamos amando al que buscamos sin encontrar...
supongamos que las diosas se rieron en nuestra cuna...
supongamos que esa risa fue una bendición...
supongamos que casi todo lo que nos seduce parece de otro mundo... supongamos que a pesar de eso este vasto universo acoge nuestros ruegos... porque supongamos que rogamos de cuando en vez...
supongamos que hemos apretado cinturas ajenas con el claro afán de volar... supongamos que la culpa nos seduce y nos inunda de placer...
supongamos que si esa culpa es ajena tanto mejor...
supongamos que la extrema miseria nos devuelve a la vida...
supongamos que la ausencia se hace presente...
supongamos que estamos...
supongamos que somos...
supongamos...

D.L.T.
Agosto 2004.

Nueva sección: Descubriendo poetas en la red.


Publicaremos poemas de algunos amigos que hemos descubierto en la red, revisando sus blog. Aquí una grata sorpresa, desde Arica, la diseñadora, dibujante y poetisa Paloma:

Cae

Cae eternamente

Cae al fondo del infinito

Cae al fondo del tiempo

Cae al fondo de ti mismo

Cae lo más bajo que se pueda caer

Cae sin vértigo

A través de todos los espacios y

todas las edades

A través de todas las almas de todos los anhelos y

todos los naufragios

Cae y quema al pasar los astros y los mares

Quema los ojos que te miran y

los corazones que te aguardan

Quema el viento con tu voz

El viento que se enreda en tu voz

Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos

miércoles, 21 de marzo de 2007

Romance del Conde Niño[Poema: Texto completo]
Anónimo español - Siglos XV-XVI
Conde Niño, por amores es niño y pasó a la mar;
va a dar agua a su caballo la mañana de San Juan.
Mientras el caballo bebe él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo se paraban a escuchar;
caminante que camina olvida su caminar,
navegante que navega la nave vuelve hacia allá.
La reina estaba labrando, la hija durmiendo está:
-Levantaos, Alba niña, de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso la sirenita del mar.-
No es la sirenita, madre, la de tan bello cantar,
si no es el Conde Niño
que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer en su tan triste penar!
-Si por tus amores pena,¡oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce yo le mandaré matar.
-Si le manda matar, madre juntos nos han de enterrar.
Él murió a la media noche,ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes la entierran en el altar,
a él como hijo de conde unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia,ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaban o cesaba de llorar;
della naciera una garza,
dél un fuerte gavilán juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan a la par.

domingo, 18 de marzo de 2007

Nocturno (Gabriela Mistral)


Padre Nuestro que estás en los cielos,
¡por qué te has olvidado de mí!
Te acordaste del fruto en febrero,
al llagarse su pulpa rubí.¡
Llevo abierto también mi costado,y
no quieres mirar hacia mí!
Te acordaste del negro racimo,
y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del álamo,
con tu aliento, en el aire sutil.
¡Y en el ancho lagar de la muerte
aun no quieres mi pecho oprimir!
Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,y he bajado,
amarillos mis párpados,
por no ver más enero ni abril.
Y he apretado la boca,
anegadade la estrofa que no he de exprimir.
¡Has herido la nube de otoño
y no quieres volverte hacia mí!
Me vendió el que besó mi mejilla;
me negó por la túnica ruin.
Yo en mis versos el rostro con sangre,
como Tú sobre el paño, le di.
Y en mi noche del Huerto,
me han sido Juan cobarde y el Ángel hostil.
Ha venido el cansancio infinitoa
clavarse en mis ojos, al fin:
el cansancio del día que muere
y el del alba que debe venir;
¡el cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!
Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido de Ti:
¡Padre Nuestro que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!

Tu Me Quieres Blanca (Alfonsina Storni)

Tú me quieres alba, Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar. Que sea azucena
Sobre todas, casta. De perfume tenue.
Corola cerrada. Ni un rayo de luna
Filtrado me haya. Ni una margarita
Se diga mi hermana. Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas. Las copas a mano,
de frutos y mieles Los labios morados.
Tú que en el banquete. Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes. Festejando a Baco.
Tú que en los jardines. Negros del Engaño
Vestido de rojo. Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto. Conservas intacto
No sé todavía. Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques, Vete a la montaña;
Límpiate la boca; Vive en las cabañas;
Toca con las manos La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo Con raíz amarga;
Bebe de las rocas; Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos Con salitre y agua;
Habla con los pájaros Y lévate al alba.
Y cuando las carnes Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto En ellas el alma
Que por las alcobas Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.

Defensa de la Alegría (Mario Benedetti)

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defenderla alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Cuento: Continuidad de los parques (Julio Cortazar)

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte.
Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos pero é1 rechazaba las caricias, no había venido ha repetir las ceremonias de una pasión secreta. protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado, coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora, cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido., El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez. parapetándose en 1os árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en 1a segunda. La puerta del salón, y entonces: el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

viernes, 16 de marzo de 2007

Pablo de Rokha. Tercera Parte.

Son las 9:00 de la mañana en calle Valladolid 106 en su casa de madera en La Reina que el mismo construyó. En el hogar vivía junto a su hija y una empleada. Hace tres meses- que en esa misma casa- se había suicidado un hijo del poeta, Pablo Diaz Loyola. Desde ese momento, su vida ya no tenía sentido. Era un golpe más, del que nunca se pudo recuperar. Sus días pasaban monótonamente en el escritorio, observando las fotos de sus seres muertos y con una pluma a su lado y un papel suelto para lanzar bramidos de melancolía y angustia. Salía poco y ya no disfrutaba de los porotos con riendas o de las prietas con papas cocidas. Comía lo que le pusieran en frente sólo por cumplir con la rutina, pues ya no había poesía en ese completo rito que significaba antes. Su pelo descuidado, una barba a medio afeitar y la misma ropa todos los días: el poeta yacía en las ruinas de lo poco que le quedaba.9:30 de la mañana. Pablo De Rokha se sienta en su sillón y frente al escritorio- cabeza gacha- se queda en silencio. Recorren por su mente los paseos junto a Winnet, los nacimientos de sus hijos, las caminatas en el valle de Licantén junto a su padre, las cantinas y los restaurantes populares, los niños desvalidos, la pobreza de su pueblo, la utopía socialista, los poetas malditos, los viajes por Latinoamérica y Europa, los campesinos harapientos, las pocilgas de Santiago, y su poesía herida reflejada en miles de versos que reclamaron con voz fuerte las injusticias del mundo del cual nunca fue parte.Son las 10 de la mañana cuando abre un cajón de su escritorio. Agarra la argolla de matrimonio de su esposa. Se saca la suya de su dedo y las deja juntas. Las toma con sus manos y se queda minutos eternos contemplándolas. A su lado, lo acompaña un retrato de su mujer. Se levanta y camina hacia un armario. Abre con completa convicción la puerta. Toma El revólver Smith and Wesson calibre 44, el mismo con el que se suicidó su hijo.Son las 10: 10 de la mañana del 10 de septiembre de 1968. En la casa de La Reina se oye un disparo que hace volar a las palomas del techo. La hija y la empleada saltan del miedo y se dirigen a la habitación del poeta. Allí lo ven: sentado frente a su escritorio con la cabeza reventada y dada vuelta hacia atrás, sus anteojos hechos trizas en el suelo y la sangre corriendo como ríos morados por su cara. "La poesía es mi militancia" dijo alguna vez. Militancia que llevó hasta el último minuto de su vida y que completó su existencia ermitaña y resentida del mundo y que finalmente apagó su fuego incansable con el último tiro. No dejará de "molestar" con su muerte, pues sus palabras todavía golpean como roca dura a los hombres, o por lo menos a los pocos que aún lo leen.

Pablo De Rokha. Segunda Parte.

La poesía hecha carne : Ha pasado toda una vida. Estamos en 1965 y el poeta tiene 71 años. De Rokha escribió gran cantidad de poemas. Tuvo un fugaz paso por el Partido Comunista de Chile. Fue delegado cultural en Francia y en varios países de Latinoamérica y recibió todas las condecoraciones y reconocimientos en el exterior, pero faltaba el más importante: el de su país natal. Así, este año y tras larga postergación injustificada, el poeta recibió el Premio Nacional de Literatura. Éste es, quizás, el único galardón que le afectaba no haber obtenido, pese a que poco y nada le importaban los premios y el dinero, pues nunca le interesó lucrar de su trabajo. Sin embargo, tampoco entendía el por qué tantos años de espera para subir al pedestal de la literatura criolla y sentirse por una vez en la cresta de la ola y no tan solo en el rincón de los des-adaptados. "Este premio significa la caída de la mafia rosada de la literatura chilena", fueron las primeras palabras que pronunció el vate al momento de enterarse de la condecoración. Sintió un desahogo ante lo que consideraba una total aberración, no hacia su persona, sino que hacia la poesía y su país. 40 kilos de prietas, un cordero de 27 kilos, 30 garrafas de vino tinto y decenas de fuentes con "causeo a la chilena y pebre cuchareado" de ají cacho de cabra, fue el menú de la celebración que hizo en su casa de La Reina. Luego de asistir a la ceremonia, visitó junto a un puñado de amigos y sus hijos "La Piojera". Allí, brindaron con chicha y pipeño y al llegar la tarde partieron a su casa para continuar la farra que duró hasta pasadas las cinco de la mañana.La casa olía a cantina y las bandejas de comidas pasaban y pasaban, mientras los comensales conversaban del logro del vate: "Ahora vamos por el Nobel", gritaban algunos haciendo salud con copas de vino tinto. De Rokha sólo reía y se detenía para hablar en voz alta y rememorar la memoria de su esposa muerta hace ya diez años producto de un cáncer: "Esto es de mi mujer. Ella fue la fuente de luz que dio a mis palabras fuego y ardor, para poder hablar del hombre pobre, de las almas muertas de este mundo". Levantó una foto de Winnet y todos alzaron sus copas para acompañar las emocionadas frases del poeta. Winnet esa noche estaba más presente que nunca en la casa de La Reina y en el alma de De Rokha.Pasaron las horas y los estragos de los 30 botellones de tinto se comenzaban a sentir. Las charlas se encendían y las discusiones de política y literatura levantaban la temperatura del lugar. El humo de los cigarrillos se colaba por todas partes y la alfombra comenzaba a relucir las primeras manchas del vino que caía. Uno que otro sacaba un libro del poeta y comenzaba a recitar algunos versos ante la pasión de todos, quienes con ojos llorosos aplaudían cada poema. La poesía se hacía carne esa noche de agosto de 1965. Se escribía en cada prieta que salía caliente de la cocina, en el ají del pebre que se dejaba caer en las bocas de los presentes, en el cordero hirviendo que cada uno comía con la mano. Dos anillos, la fría mañana, y una bala. "Cuando la vida es un dolor, el suicidio es un deber" dijo el pintor Camilo Mori, amigo de De Rokha cuando se enteró de la trágica muerte del vate. Pasaron los años, luego del premio y los últimos libros, y la vida del poeta cayó en un abismo sin salida. Años de letras, de poesía y de una constante lucha ya lo habían derrotado.

jueves, 15 de marzo de 2007

Pablo de Rokha: El Poeta de Acero.


En un bar de Santiago yace Pablo de Rokha junto a un botellón de vino y unos papeles sueltos de donde afloran algunos poemas. Junto a su brazo su última creación: "Acero de Invierno".
Corre 1961 y el vate acaba de terminar esta serie de poemas que hablan sobre el mundo socialista y las tradiciones chilenas simbolizadas en un plato caliente de porotos con riendas. También, nace la angustia de su vejez y su "Canto del Macho Anciano", donde narra con pluma dura la soledad y la incomprensión de su vida. Se levanta de su mesa y comienza a vender su libro a los demás concurrentes: todos viejos añosos que se emborrachan para matar sus vidas. De Rokha mata su tiempo con sus palabras y vende cuatro de sus libros. Luego, sale a la calle y vende los últimos diez que le quedan. Quiere volver a sus años de juventud en el cual salía todos los días a vender sus poemas, porque sabe que estos son sus últimos años de vida. Su último suspiro de rabia.
Vuelve a su casa de La Reina y observa la foto de su esposa muerta. Abre una botella de vino y se sienta en su sofá de cuero. Ya no le interesan los reconocimientos, ni las condecoraciones. Se sumerge en su soledad y en los últimos poemas. Lanza sus últimas blasfemias en contra del hambre de los niños, de las matanzas de los dictadores, de la injusticia de los poderosos y de su dolor más profundo: la falta de amor, la pérdida de su mujer.
Este hombre fuerte y duro como una piedra que levanta la voz por los sin voz, no puede ante la angustia del recuerdo de la única mujer que amó en la vida. Sólo ahora, saca a la luz su lado más personal que lo asemeja a un hombre como todos, que vive, sufre y que finalmente muere por la falta de amor. El vate se queda dormido en su sillón, con la botella caída en sus pies.
De Rokha comienza a frecuentar cantinas y bares de Santiago y sentado en alguna mesa con un plato de cazuela caliente y una botella de vino tinto escribe su poesía que luego sale a vender o intercambia por una cabeza de chanco o una jarra de Chicha.
Son los tiempos en que publica su primera gran creación: "Los Gemidos", del cual no logra vender más de una docena de libros. Es la época también de sus peleas literarias con Pablo Neruda y Vicente Huidobro. Estas riñas se hacían por medio de la poesía. Uno escribía en contra del otro y éste le respondía con otro poema. A De Rokha le molestaba la actitud contemplativa de estos dos poetas y sobre todo de Neruda y su búsqueda de la prosa perfecta y armoniosa, que calificaba de cursi y de poco contenido. El amigo de piedra- como le apodaron sus amigos de universidad por su personalidad dura y que curiosamente tiene relación con su lugar natal, pues Licantén en lengua Mapuche significa "tierra de hombres de piedra"- huye de lo normal y lo correcto y repudia las buenas costumbres y la diplomacia.
El vate, sin embargo, encuentra su perfil más sensible y que lo guiará en el camino del amor más profundo y bello: su musa y única mujer Winnet. A ella le dedicaba todas las mañanas una poesía y de ahí nació uno de los más apasionantes poemas de amor de la literatura moderna: "Círculo", una creación en la cual rueda su pensamiento trágico y penoso que se apaciguan ante la mirada de su mujer.

Paulo Coelho

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un enorme árbol, cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales; a veces, los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...
La carretera era muy larga, colina arriba, el sol era muy fuerte, estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un portal magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada. Buenos días. Buenos días -respondió el guardián. -¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
-Esto es el Cielo. -Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos. Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente. -Pero mi caballo y mi perro también tienen sed... -Lo siento mucho -dijo el guardián-. Pero aquí no se permite la entrada a los animales. El hombre se llevó un gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero; posiblemente dormía. -Buenos días -dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, yo mi caballo y mi perro. -Hay una fuente entre aquellas rocas -dijo el hombre, indicando el lugar-. Podéis beber tanta agua como queráis. El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre. -Podéis volver siempre que queráis -le respondió.
-A propósito ¿Cómo se llama este lugar? -Cielo. -¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo! -Aquello no era el Cielo, era el infierno. El caminante se quedó perplejo. ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre!
¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones!
¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

Se Ennoblece la Vida

Cultivando tres cosas: La bondad, la sabiduría y la amistad.
Buscando tres cosas: La verdad, la filosofía y la comprensión.
Amando tres cosas: La caballerocidad, el valor y el servicio.
Gobernando tres cosas: El carácter, la lengua y la conducta.
Apreciando tres cosas: La cordialidad, el contento y la decencia.
Defendiendo tres cosas: El honor, los amigos y los débiles.
Admirando tres cosas: El talento, la dignidad y la gracia.
Excluyendo tres cosas: La ignorancia, la ofensa y la envidia.
Combatiendo tres cosas: La mentira, el ocio y la calumnia.
Conservando tres cosas: La salud, el prestigio y el buen humor.

miércoles, 14 de marzo de 2007

El Milagro y El Loro (Alejandro Jodorowsky)

En las montañas de una región arruinada por la sequía, encerrado en su casatillo, vivía un cabalista que era capaz de transformar la tierra seca en agua. Los labriegos sedientos enviaron al hierbatero de la aldea para que convenciera al sabio de comunicarles aquel secreto. El pobre hombre, cuando golpeó el portón cerrado de la fortaleza, fue ahuyentado con chorros de aceite hirviendo. Un viejo loro, animal favorito del cabalista, escapó y fue a posarse en un hombro de la víctima, repitiendo las palabras mágicas que había oído durante años. El hierbatero regresó felíz a la aldea, reunió a los rústicos, cogió un puñado de tierra seca y recitando las extrañas fórmulas, o convirtió en agua. Todos aplaudieron maravillados, luego le preguntaron: "¿Cómo es ese maestro misterioso?." A lo que él respondió: "No lo conozco, aprendí con su loro." La multitud estalló en una rechifla. ¡Era imposible aprender algo serio de un pajarraco! Fue tratado de estafador y expulsado del pueblo a pedradas.

El Secreto (Eduardo Galeano)


Pizarro marcha rumbo al Cuzco. Encabeza, ahora, un gran ejército. Manco Cápac, nuevo rey de los incas, ha sumado miles de indios al puñado de conquistadores. Pero los generales de Atahualpa hostigan en avance. En el valle de Xaquixaguana, Pizarro atrapa a un mensajero de sus enemigos. El fuego lame las plantas de los pies del preso.
-¿Qué dice ese mensaje?
El chasqui es hombre curtido de trotes de nunca acabar a través de los vientos helados de la puna y los ardores del desierto. El oficio lo tiene acostumbrado al dolor y a la fatiga. Aulla, pero calla. Después de muy largo tormento, suelta la lengua:
-Que los caballos no podrán subir las montañas. -¿Qué más? -Que no hay que tener miedo. Que los caballos espantan, pero no hacen mal.
-¿Y qué más? Lo hacen pisar el fuego.
-¿Y qué más? Ha perdido los pies. Antes de perder la vida, dice:
-Que ustedes también mueren.

martes, 13 de marzo de 2007

Julio Cortázar : Poemas

UNA CARTA DE AMOR
Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo, como un perro que pasa,
una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera
y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía, todo eso es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.
Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara
de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.
DESPUÉS DE LAS FIESTAS
Y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios, qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, sola conmigo al borde de la noche, y que durabas, eras más que el tiempo, eras la que no se iba porque una misma almohada y una misma tibieza iba a llamarnos otra veza despertar al nuevo día, juntos, riendo, despeinados.
EL BREVE AMOR
Con qué tersa dulzura me levanta del lecho en que soñaba profundas plantaciones perfumadas, me pasea los dedos por la piel y me dibuja en el espacio, en vilo, hasta que el beso se posa curvo y recurrente, para que a fuego lento empiece la danza cadenciosa de la hoguera tejiéndose en ráfagas, en hélices, ir y venir de un huracán de humo...¿Por qué, después, lo que queda de míes sólo un anegarse entre las cenizas sin un adiós, sin nada más que el gesto de liberar las manos?

"Cartas del Diablo a su Sobrino" Capítulo III (C.S. Lewis)


Mi querido Orugario:
Me complace mucho todo lo que me cuentas acerca de las relaciones de este hombre con su madre. Pero has de aprovechar tu ventaja. El Enemigo debe estar trabajando desde el centro hacia el exterior, haciendo cada vez mayor la parte de la conducta del paciente que se rige por sus nuevos criterios cristianos, y puede llegar a su comportamiento para con su madre en cualquier momento. Tienes que adelantártele. Manténte en estrecho contacto con nuestro colega Gluboso, que se ocupa de la madre, y construid entre los dos, en esa casa, una costumbre sólidamente establecida y consistente en que se fastidien mutuamente, pinchándose todos los días. Para ello, los siguientes métodos son de utilidad.
1. Mantén su atención centrada en la vida interior. Cree que su conversión es algo que está dentro de él, y su atención está, por lo tanto, volcada, de momento, sobre todo hacia sus propios estados de ánimo, o, más bien, a esa versión edulcorada de dichos estados que es cuanto debes permitirle ver. Fomenta esta actitud; mantén su pensamiento lejos de las obligaciones más elementales, dirigiéndolo hacia las más elevadas y espirituales; acentúa la más sutil de las características humanas, el horror a lo obvio y su tendencia a descuidarlo: debes conducirle a un estado en el que pueda practicar el autoanálisis durante una hora, sin descubrir ninguno de aquellos rasgos suyos que son evidentes para cualquiera que haya vivido alguna vez en la misma casa, o haya trabajado en la misma oficina.
2. Por supuesto, es imposible impedir que rece por su madre, pero disponemos de medios para hacer inocuas esas oraciones: asegúrate que sean siempre muy "espirituales", de que siempre se preocupe por el estado de su alma y nunca por su reuma. De ahí se derivarán dos ventajas: En primer lugar, su atención se mantendrá fija en lo que él considera pecados de su madre, lo cual, con un poco de ayuda de tu parte, puede conseguirse que haga referencia a cualquier acto de su madre que a tu paciente le resulte inconveniente o irritante. De este modo puedes seguir restregando las heridas del día, para que escuezan más, incluso cuando está postrado de rodillas; la operación no es nada difícil, y te resultará muy divertida. En segundo lugar, ya que sus ideas acerca del alma de su madre han de ser muy rudimentarias, y con frecuencia equivocadas, rezará, en cierto sentido, por una persona imaginaria, y tu misión consistirá en hacer que esa persona imaginaria se parezca cada día menos a la madre real, a la señora de lengua puntiaguda con quien desayuna. Con el tiempo, puedes hacer la separación tan grande que ningún pensamiento o sentimiento de sus oraciones por la madre imaginaria podrá influir en su tratamiento de la auténtica. He tenido pacientes tan bien controlados que, en un instante, podía hacerles pasar de pedir apasionadamente por el "alma" de su esposa o de su hijo a pegar o insultar a la esposa o hijo de verdad, sin el menor escrúpulo.
3. Es frecuente que, cuando dos seres humanos han convivido durante muchos años, cada uno tenga tonos de voz o gestos que al otro le resulten insufriblemente irritantes. Explota eso: haz que tu paciente sea muy consciente de esa forma particular de levantar las cejas que tiene su madre, que aprendió a detestar desde su infancia, y déjale que piense lo mucho que le desagrada. Déjale suponer que ella sabe lo molesto que resulta ese gesto, y que lo hace para fastidiarle. Si sabes hacer tu trabajo, no se percatará de la inmensa inverosilmilitud de tal suposición. Por supuesto, nunca le dejes sospechar que también él tiene tonos de voz y miradas que molestan a su madre de forma semejante. Como no puede verse, ni oírse, esto se consigue con facilidad.
4. En la vida civilizada, el odio familiar suele expresarse diciendo cosas que, sobre el papel, parecen totalmente inofensivas (las palabras no son ofensivas), pero en un tono de voz o en un momento en que resultan poco menos que una bofetada. Para mantener vivo este juego, tú y Gluboso debéis cuidaros de que cada uno de ellos tenga algo así como un doble patrón de conducta. Tu paciente debe exigir que todo cuanto se dice se tome en sentido literal, y que se juzgue simplemente por las palabras exactas, al mismo tiempo que juzga cuanto dice su madre tras la más minuciosa e hipersensible interpretación del tono, del contexto, y de la intención que él sospecha. Y a ella hay que animarla a que haga lo mismo con él. De este modo, ambos pueden salir convencidos, o casi, después de cada discusión, de que son totalmente inocentes. Ya sabes como son estas cosas: "Lo único que hago es preguntarle a qué hora estará lista la cena, y se pone hecha una fiera". Una vez que este hábito esté bien arraigado en la casa, tendrás la deliciosa situación de un ser humano que dice ciertas cosas con el expreso propósito de ofender y, sin embargo, se queja de que se ofendan.
Para terminar, cuéntame algo acerca de la actitud religiosa de la vieja señora. ¿Tiene celos, o algo parecido, de este nuevo ingrediente en la vida de su hijo?¿Se siente quizá "picada" de que haya aprendido de otros, y tan tarde, lo que ella considera que le dio buena ocasión de aprender de niño? ¿Piensa que está "haciendo una montaña" de ello, o, por el contrario, que se lo toma demasiado a la ligera? Acuérdate del hermano mayor de la historia del Enemigo.
Tu cariñoso tío,
ESCRUTOPO
(Libro completo a disposición de nuestros amigos lectores).

Omar Khayyam : Biografía.

Omar Ibn Ibrahim Jayyam u Omar Khayyam (aprox. 1040 a 1050-1121 o 1122) fue un matemático y astrónomo persa, autor de uno de los poemas más conocidos y famosos del mundo.
Nació en Nishapur, Persia (actual Irán). Su nombre significa "Omar el tendero" o "Fabricante de tiendas" (oficio de su padre).
Se desempeñó como astrónomo de la corte, formó parte del grupo de científicos que reformó el calendario musulmán que hizo que se adoptara una nueva era, la jalaliana o el Seliuk.
Fue místico y profeta, libertino, poeta y escritor de álgebra, geometría y temas afines, también se interesó por el Derecho y las Ciencias Naturales. Se lo considera uno de los más destacados matemáticos de su época.
Su obra más famosa es el poema Rubaiyyat, que trata sobre la naturaleza y el hombre, la celebración del vino y el goce del instante.

(El libro se encuentra a disposición de nuetros lectores)

lunes, 12 de marzo de 2007

Humor genial. Publica tus citas propias en la sección comentarios.

"Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida"(Oscar Wilde)
"Los hombres se casan por cansancio; las mujeres, por curiosidad; ambos quedan chasqueados"(Oscar Wilde)
"Si yo te debo un libra, tengo un problema;pero si te debo un millón, el problema es tuyo"(J. Keynes)
El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover(Mark Twain).
Lo bueno de ser una celebridad es que, cuando la gente se aburre contigo piensa que la culpa es suya(H.Kissinger)
"Si me engañas una vez, tuya es la culpa. Si me engañas dos, la culpa es mía".(Anaxágoras)
"Tienes que desconfiar del caballo por detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los clérigos, de todos lados".(Cervantes)
"Gracias a Dios, Todavía soy ateo".(Luis Buñuel)
"¿Es sucio el sexo?: sólo cuando se hace bien". (Woody Allen).
"Solo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda.. no me acuerdo."(Woody Allen).
"Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo." (Einstein)
"Se dan buenos consejos cuando la edad impide dar malos ejemplos." (Excelsior)

Itaca (K.Kavafis)


Cuando salgas en el viaje, hacia Itaca desea que el camino sea largo, pleno de aventuras, pleno de conocimientos. A los Lestrigones y a los Cíclopes, al irritado Poseidón no temas, tales cosas en la ruta nunca hallarás, si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.
A los Lestrigones y a los Cíclopes, y al feroz Poseidón no encontrarás, si dentro de tu alma no los llevas, si tu alma no los yergue delante de ti. Desea que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas estivales En que con cuánta dicha, con cuanta alegría Entres a puertos nunca antes vistos: Detente en mercados fenicios, Y adquiere las bellas mercancías, Ámbares y ébanos, marfiles y corales, y perfumes voluptuosos de toda clase, cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos; anda a muchas ciudades Egipcias a aprender y aprender de los sabios. Siempre en tu pensamiento ten a Itaca. Llegar hasta allí es tu destino. Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure: y viejo ya ancles en la isla, rico con cuanto ganaste en el camino, sin esperar qué riquezas te dé Itaca. Itaca te dio el bello viaje. Sin ella no hubieras salido al camino. Otras cosas no tiene ya que darte. Y si pobre la encuentras, Itaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta, Ya habrás comprendido las Itacas qué es lo que significan.

La llegada (Eduardo Galeano)


El hijo de Pilar y Daniel Weinberg fue bautizado en la costanera.
Y en el bautismo le enseñaron lo sagrado. Recibió una caracola:
-Para que aprendas a amar el agua.
Abrieron la jaula de un pájaro preso:
-Para que aprendas a amar el aire.
Le dieron una flor de malvón:
-Para que aprendas a amar la tierra.
Y también le dieron una botella cerrada:
-No la abras nunca, nunca. Para que aprendas a amar el misterio.

Sobre la Codicia (Agustín Squella)

Si avaro es el que tiene y retiene, o sea, el que se resiste a dar, codicioso es el que tiene y quiere ante todo tener más, o sea, el que no puede resistir el impulso de llenar una y otra vez su granero ya atiborrado de riqueza. La avaricia es una contracción, en cambio, la codicia es una constante expedición, aunque no para conservar lo que se tiene, sino para volver a tener lo que ya se tiene. Por lo mismo, si la avaricia es triste, la codicia es, a penas, ansiosa.
La persona avara no quiere restar, mientras que el temperamento codicioso lo que quiere es sumar. El avaro cierra su cofre, esconde la llave y mira todos los días por el ojo de la cerradura para comprobar que no falte ninguna de sus pertenencias; a la inversa, el codicioso piensa sólo en cómo hacer crecer la bóveda del cofre y le intranquiliza verificar que sus posesiones no se hayan multiplicado.
Si el avaro es un problema para su prójimo, el codicioso constituye más bien un peligro para sus semejantes. El primero tiene únicamente interés en lo propio, pero el segundo pone ante todo su atención en lo ajeno. Uno sufre el temor de ver disminuido lo que ya tiene conquistado, mientras el otro padece lo angustia de no haber conquistado lo suficiente. Aquél soporta mal la idea de que lo priven de algo que ya posee, mientras éste tolera peor la comprobación de que siempre es posible poseer más. La avaricia es así un vicio pasivo, al paso que la codicia requiere de una incesante imaginación y actividad.
Si en una misma mesa almuerzan un avaro y un codicioso, el primero se resistirá a pagar su parte de la cuenta, mientras el segundo pensará que al pagarle al dueño del local está viendo disminuida su posibilidad de comprarle el restaurante. A la hora de los postres, el avaro pondrá en una bolsa el alimento sobrante para así poder cenar gratis por la noche, en tanto el codicioso imaginará cómo reciclar y vender a otro la comida que no ha sido capaz de consumir.
El avaro tiene para su mal el pretexto del ahorro, pero el codicioso puede disponer de palabras aun con mejor prensa para disfrazar su vicio: iniciativa, capacidad de trabajo, ambición, competitividad, son algunas de las contundentes explicaciones que puede ofrecer hoy un codicioso para presentar como un bien personal y social lo que no pasa de ser su tosco e incontrolable apetito de riquezas.
A nadie le gustan los avaros ni los codiciosos, aunque un individuo normal debería tolerar mejor a aquellos que a éstos, así no más sea porque los primeros simplemente no le dan y los segundos lo más probable es que le quiten.
En fin, avaros y codiciosos, pero sobre todo la estirpe de los segundos, encuentran un buen caldo de cultivo en una sociedad que ha reemplazado su preocupación por la pobreza con la obstinación por la riqueza y que ha pretendido curar el estigma de la primera con la simple fascinación por la segunda.

domingo, 11 de marzo de 2007

Humor y Derecho, recopilación de escritos de la década del 60 del abogado Luis Tejeda O.

"Un Marido Con Exceso de Hormonas".
Denuncia.-
S.J.L. de P.Local.-
Crisanta del Río, labores de casa, domiciliada en calle Bulnes 547 de esta ciudad, a US., respetuosamente, digo:
1.- Soy casada con Pascual Bailón Alcántara, quien trabaja en el Correo de esta ciudad.
2.- Sea por exceso de vitaminas o por impulsos hormonales que yo no podría clasificar, mi marido dio en tener relaciones íntimas con una tal Margarita, que reina soberana y embruja los corazones de los parroquianos del Gato Brujo.
3.- Ella es alta, morena y de pelo largo, y yo, aunque morena, soy menuda de cuerpo y de pelo corto.
4.- Nada tendría que objetar a los derroches hormonales y vitamínicos de mi marido, si no mediase la circunstancia de que esta Margarita, que no tiene el romanticismo de la Gauthier, ha dado en la flor de injuriarme y agredirme donde me encuentra a su paso.
5.- Fue así como el día 21 de marzo de este año, como a las dieciséis horas, viniendo yo por la ancha vía de la calle Colón, al llegar al Correo, me sentí arañada por manos impías, que marcaron sus uñas en mi rostro y luego me echaron al suelo, ocasionándome las las contusiones que detalla el certificado que se me otorgó en el Hospital, donde hube de ocurrir para los primeros auxilios.
6.- Comprobé luego con espanto que mi agresora era ni más ni menos que esta Margarita, que me ha levantado, según parece, para siempre a mi marido.
7.- En esta situación, vengo en denunciar este hecho y en pedir que se le sancione con prisión, ya que no bastan para acción tan deleznable algunos escudos de multa.
8.- Ignoro el apellido de la denunciada, pero la ley no exige conocer la filiación de un agresor para tramitar una denuncia. Y en todo caso, los datos que consigno, son suficientes para su correcta individualización.
POR TANTO, A US. Ruego: Tramitar esta denuncia y sancionar en forma ejemplar a mi agresora, teniendo presente, además, que la denunciada me ha prometido "dejarme marcada", según su gráfica expresión, si de nuevo me encuentra en la calle.

Humor y Derecho, por Luis Tejeda Oliva

Lesiones Que Hacen Revivir El Amor.
"Quien Te Quiere Te Aporrea".
Desistimiento.-
S.J.L. de P. Local.-
Amalia Latorre, labores de casa, domiciliada en Balmaceda 3033 de esta ciudad, a US. digo en la denuncia contra Fermín Latorre.
Soy casada desde hace diez años con mi primo Fermín Latorre, pequeño agricultor, de igual domicilio. Fui víctima de algunas lesiones que me infirió mi marido, que no tuvieron, felízmente mayores consecuencias; pero, herida en lo más profundo de mi alma, me apresuré, quizás con ligereza, a denunciar el hecho al Juzgado de Policía Local, perturbando con esto la serena filosofía que preside las audiencias del Tribunal.
Mi marido obró, en realidad, fuera de sus sentidos, pues -como un anuncio de la primavera. bebió algo más de la cuenta, para celebrar el temprano florecer de los duraznos, augurio de una abundante cosecha. Pasada la ebriedad de mi marido y pasado también el dolor de los golpes que me propinó, ha vuelto la paz al hogar, y la reconciliación ha sido como un despertar del amor y casi me atrevería a decir, como una nueva luna de miel, después de monótonos diez años de matrimonio.
En esta situación, sería impropio de mi parte mantener esta denuncia, ya que a ratos llego a creer que fue la Divina Providencia la que eligió este camino para hacer revivir el amor que languidecía. Además, mi marido me ha prometido no volver a beber ni siquiera para las Fiestas Patrias, con lo cual mi integridad física queda a salvo.
POR TANTO, A US.Ruego: tenerme por desistida de mi denuncia y ordenar se archiven los antecedentes, dejando sin efecto las citaciones decretadas.

Historias de Cronopios y de Famas (Julio Cortázar)

CONDOR Y CRONOPIO.
Un cóndor cae como un rayo sobre un cronopio que pasea por Tinogasta, lo acorrala contra una pared de granito, y dice con gran petulacia, a saber:
Cóndor: -Atrévete a afirmar que no soy hermoso. Conopio: -Usted es el pájaro más hermoso que he visto nunca.
Cóndor: -Más todavía. Cronopio: - Usted es más hermoso que el ave del paraíso.
Cóndor: -Atrévete a decir que no vuelo alto- Cronopio: - Usted vuela a alturas vertiginosas, y es por completo supersónico y estratoférico.
Cóndor: .-Atrévete a decir que huelo mal. Cronopio: -Usted huele mejor que un litro entero de colonia Jean-Marie Farina.
Cóndor: -Mierda de tipo. No deja ni un claro donde sacudirle un picotazo.
FLOR Y CRONOPIO.
Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos, Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una aneja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz.
La flor piensa: "Es como una flor".
TORTUGAS Y CRONOPIOS.
Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural.
Las esperanzas lo saben, y no se procupan.
Los famas lo saben, y se burlan.
Los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tiza de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.

El mono que quiso ser escritor satírico (Augusto Monterroso)


En la Selva vivía una vez un Mono que quiso ser escritor satírico. Estudió mucho, pero pronto se dio cuenta de que para ser escritor satírico le faltaba conocer a la gente y se aplicó a visitar a todos y a ir a los cócteles y a observarlos por el rabo del ojo mientras estaban distraídos con la copa en la mano. Como era de veras gracioso y sus ágiles piruetas entretenían a los otros animales, en v¡cualquier parte era bien recibido y él perfeccionó el arte de ser mejor recibido aún. No había quien no se encantara con su conversación y cuando llegaba era agasajado con júbilo tanto por las monas como por los esposos de las monas y por los demás habitantes de la selva, ante los cuales, por contrarios que fueran a él en política internacional, nacional o doméstica, se mostraba invariablemente comprensivo; siempre, claro, con el ánimo de investigar a fondo la naturaleza humana y poder retratarla en sus sátiras.
Así llegó el momento en que entre los animales era el más experto conocedor de la naturaleza humana, sin que se le escapara nada. Entonces, un día dijo voy a escribir en contra de los ladrones, y se fijó en la Urraca, y principió a hacerlo con entusiasmo y gozaba y se reía y se encaramaba de placer a los árboles por las cosas que se le ocurrían acerca de la Urraca; pero de repente reflexionó que entre los animales de sociedad que lo agasajaban había muchas Urracas, y especialmente una, y que se iban a ver retratadas en su sátira, por suave que la escribiera, y desistió de hacerlo. Después quiso escribir sobre los oportunistas, y puso el ojo en la Serpiente, quien por diferentes medios -auxiliares en realidad de su arte adulatorio- lograba siempre conservar, o sustituir, mejorándolos, sus cargos; pero varias Serpientes amigas suyas, y especialmente una, se sentirían aludidas, y desistió de hacerlo. Después deseó satirizar a los laboriosos compulsivos y se detuvo en la Abeja, que trabajaba estúpidamente sin saber para qué ni para quién; pero por miedo de que sus amigos de este género, y especialmente uno, se ofendieran, terminó comparándola favorablemente con la Cigarra, que, egoísta, no hacía más que cantar y cantar dándoselas de poeta, y desistió de hacerlo. Después se le ocurrió escribir contra la promiscuidad sexual y enfiló su sátira contra las Gallinas adúlteras que andaban todo el día inquietas en busca de Gallitos; pero tantas de éstas lo habían recibido que temió lastimarlas, y desistió de hacerlo. Finalmente elaboró una lista completa de las debilidades y los defectos humanos y no encontró contra quien dirigir sus baterías, pues todos estaban en los amigos que compartían su mesa y en él mismo. En ese momento renunció a ser escritor satírico y le empezó a dar por la Mística y el Amor y esas cosas; pero a raíz de eso, ya se sabe cómo es la gente, todos dijeron que se había vuelto loco y ya no lo recibieron tan bien ni con tanto gusto.

El Hombre y La Mujer (Victor Hugo)


El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es la más sublime de los ideales.

Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar. El trono exalta, el altar santifica.

El hombre es el cerebro, la mujer el corazón; el cerebro fabrica la luz; el corazón produce el amor. La luz fecunda; el amor resucita.

El hombre es fuerte por la razón; la mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence; las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos; la mujer de todos los martirios. El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.

El hombre tiene la supremacía; la mujer la preferencia. La supremacía significa la fuerza; la preferencia respeta el derecho.

El hombre es un genio; la mujer un ángel. El genio es inmensurable; el ángel indefinible.

La aspiración del hombre es la suprema gloria. La aspiración de la mujer es la virtud extrema; la gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.

El hombre es un código; la mujer un evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.

El hombre piensa; la mujer sueña. Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola.

El hombre es un océano; la mujer es un lago. El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.

El hombre es el águila que vuela; la mujer es el ruiseñor que canta. Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.

El hombre es un templo; la mujer es el sagrario. Ante el templo nos descubrimos; ante el sagrario nos arrodillamos.

En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra; la mujer donde comienza el cielo.

sábado, 10 de marzo de 2007

KAHLIL GIBRÁN ("El Profeta")

El Matrimonio
Entonces, Almitra habló otra vez: ¿Qué nos diréis sobre el Matrimonio, Maestro? Y él respondió, diciendo:
Nacisteis juntos y juntos para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma música.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga.
Porque sólo la mano de la vida puede contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

Despedida (Jorge Teillier)

...el caso no ofrece ningún adorno para la diadema /de las Musas. (Ezra Pound)
Me despido de mi mano/ que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras/ bajo las nieves de antaño.
Para que vuelan a ser bosques y arenas/ me despido del papel blanco y de la tinta azul de donde surgían los ríos perezosos,/ cerdos en las calles, molinos vacíos.
Me despido de los amigos/ en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,/ las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.
Me despido de las virtudes y de las gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,/ los murciélagos que al atardecer se deshojan de los bosques de casas de madera.
Me despido de los amigos silenciosos/ a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,/ y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto/ para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha/ que sin preguntarme si la amaba o no la amaba caminó conmigo y se acostó conmigo/ cualquiera tarde de esas en que las calles se llenan de humaredas de hojas quemándose en las acequiar.
Me despido de una muchacha/ cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada/ de trenes que parten bajo la lluvia.
Me despido de la memoria/ y me despido de la nostalgia
-la sal y el agua-/ de mis días sin objeto.
Y me despido de estos poemas:/ palabras, palabras -un poco de aire
movido por los labios- palabras/ para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

viernes, 9 de marzo de 2007

Porque escribí (Enrique Lihn)

Ahora que quizás, en un año de calma, piense: la poesía me sirvió para esto; no pude ser felíz, ello me fue negado, pero escribí. Escribí: fui la víctima de la mendicidad y el orgullo mezclados y ajusticié también a unos pocos lectores; tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies. Pero escribí: tuve esa rara certeza, la ilusión de tener el mundo entre mis manos -¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco con toda su crueldad innecesaria- Escribí, mi escritura fue como la maleza de flores ácimas pero flores en fin, el pan de cada día de las tierras eriazas: una caparazón de espinas y raíces. De la vida tomé todas estas palabras como un niño oropel, guijarros junto al río: las cosas de una magia, perfectamente inútiles pero que siempre vuelven a renovar su encanto.
La especie de locura con que vuela un anciano detrás de las palomas imitándolas me fue dada en lugar de servir para algo. Me condené escribiendo a que todos dudaran de mi existencia real, (días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos digo que pasarán porque escribí y hacerlo significa trabajar con la muerte codo a codo, robarle unos cuantos secretos. En su orígen el río es una veta de agua
-allí, por un momento, siquiera, en esa altura- luego al final un mar que nadie ve de los que están braceándose la vida. Porque escribí fui un odio vergonzante, pero el mar forma parte de mi escritura misma: línea de la rompiente en que un verso se espuma yo puedo reiterar la poesía. Estuve enfermo, sin lgar a dudas y no sólo de insomnio, también de ideas fijas que me hicieron leer con obscena atención a unos cuantos sicólogos, pero escribí y el crímen fue menor, lo pagué verso a verso hasta escribirlo, porque de la palabra que se ajusta al abismo surge un poco de oscura inteligencia y a esa luz muchos mounstros no son ajusticiados.
Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera quise desbaratar a mi enemigo.
Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.

ANTE LA LEY (Franz Kafka) Segunda Parte

...El hombre, que se había equipado de muchas cosas para su
viaje, va despojándose de todas ellas para sobornar al guardián. Este no las rehúsa, pero declara:"Acepto para que no te figures que has omitido algún empeño." En los muchos años el hombre no deja de mirarlo. Se olvida de los otros y piensa que éste es la única traba que lo separa de la Ley. En los primeros años maldice a gritos su perverso destino; con la vejez, la maldición decae en quejumbre. El hombre se vuelve infantil, y como en su vigilia de años ha llegado a reconocer las pulgas en la capa de piel, acaba por pedirles que lo socorran y que intercedan con el guardián. Al fin se le nublan los ojos y no sabe si éstos lo engañan o si se ha oscurecido el mundo. Apenas si percibe en la sombra una claridad que fluye inmortalmente de la puerta de la Ley. Ya no le queda mucho que vivir. En su agonía los recuerdos forman una sola pregunta, que no ha propuesto aún al guardián. Como no puede incorporarse, tiene que llamarlo por señas. El guardián se agacha profundamente, pues la disparidad de las estaturas ha aumentado muchísimo. "Qué pretendes ahora?" dice el guardián; "eres insaciable". "Todos se esfuerzan por la Ley", dice el hombre. "Será posible que en los años que espero nadie haya querido entrar sino yo?". El guardián entiende que el hombre se está acabando, y tiene que gritarle para que le oiga: "Nadie ha querido entrar por aquí, porque a tí solo estaba destinada esta puerta. Ahora voy a cerrarla."